miércoles, 8 de febrero de 2012

Modelo de dieta para preescolar

Modelos de dieta del preescolar

Normalmente, un niño de esa etapa debe consumir, en media, 1.600 calorías, siendo 50% de carbohidratos, 31% de lípidos y un 18% de proteínas. En el cuadro abajo, presentamos tres ejemplos de dieta para niños preescolares:

Alimentación del niño preescolar

Es importante conocer las distintas etapas por las que pasan los niños, para comprender mejor las pautas alimenticias y las exigencias nutricionales de cada momento. En la edad preescolar, la que corresponde al periodo de 3 a 6 años, el niño ya ha alcanzado una madurez completa de los órganos y sistemas que intervienen en la digestión, absorción y metabolismo de los nutrientes. Es una etapa de crecimiento más lento y estable, en la que los niños ganan una media de 2 quilos de peso, y de 5 a 6 cm. de talla, al año.

En esta etapa los niños desarrollan una gran actividad física, por la que su gasto energético aumentará considerablemente, y por lo que deberá adaptar su consumo de calorías, a la nueva realidad. Desde el punto de vista del desarrollo psicomotor, el niño ha alcanzado un nivel que le permite una correcta manipulación de los utensilios empleados durante las comidas, siendo capaz de usarlos para llevar los alimentos a la boca.

Una de las características específicas de esa edad es el rechazo a los alimentos nuevos, por el temor a lo desconocido. Se trata de una parte normal del proceso madurativo en el aprendizaje de la alimentación, lo que no debe ser traducido por la falta de apetito.
El niño preescolar puede reconocer y elegir los alimentos al igual que el adulto. Normalmente, el niño tiende a comer lo que ve comer a sus padres y a otras personas que le acompañan. Ellos observan e imitan, también en la alimentación.
En la escuela, ese proceso se ampliará, y el niño adquirirá hábitos nuevos debido a las influencias externas.

Ideas para que el Niño coma

Me pregunto quién no ha utilizado algún truco para hacer comer a un hijo, alguna vez. Me acuerdo que algunos días el dar de comer a mí hija era una verdadera tortura. Teníamos que usar mucha imaginación para que ella se tragara una sola cucharadita de algo. Bailábamos, hacíamos carantoñas delante de ella, y así, muchas veces, era la única forma que teníamos para conseguir que ella se alimentara. Claro está que a los niños no les agradan todos los sabores ni todos los olores, pero no pueden dejar de comer.
Eso de tener que introducir los alimentos poco a poco nos ha dado muchos dolores de cabeza. El pescado, el huevo, las frutas, las verduras y la carne,, madre mía, era de enloquecer. Es lo mismo cuando llevas a tu hijo por primera vez a una guardería. El periodo de adaptación, es decir, llevarlo un día por una hora, el siguiente por dos horas, y así sucesivamente hasta que él se adapte completamente al local, se hace muy, pero que muy largo. Los padres que hacemos trucos para hacer comer a nuestros hijos sabemos, de sobra, que este no es el mejor método para hacer con que los niños coman. No es la manera más adecuada para educarlos en este sentido. El alimentarse es un hábito que debe ser enseñado a los niños desde que son muy pequeños. ¿Cómo? Pues hablando con ellos sobre lo que están comiendo, lo altos y fuertes que se van a poner, de lo inteligentes que serán, esos detalles que llaman la atención y estimulan mucho a los niños.
Educar a los niños para que coman de todo
Otra forma de educar a los niños sobre la importancia de la alimentación es explorar un supermercado o un mercado con él. Durante las compras, enséñale la diferencia entre los productos sanos, que se debe comer mucho, y los que no son tan sanos, de los que no se puede abusar. Después de las compras, invítale a que se vaya contigo a la cocina, para preparar la comida. Que él te vea lavar y cortar las verduras, y preparar la comida. Haz con que las mezclas de alimentos y de productos, sea algo divertido para él. Que él se distraiga con las formas de las frutas, verduras, de cómo se pela la manzana, o de cómo lloras pelando una cebolla. Otra forma para convencer a los niños de que los alimentos son importantes, es ofrecerles libros, revistas, o contarles cuentos sobre el tema. En el libro Cuentos para comer sin cuentos, hay propuestas realmente atrayentes y divertidas. Es una forma de jugar con los alimentos y evitar las pesadillas en la mesa. La presentación de los platos también es muy importante a la hora de ponerlos delante del niño. Un muñeco en que sus ojos son dos rodajas de zanahoria, en que su nariz es un trozo de patata, y su boca un buen pedazo de tomate, hará con que el niño se sienta atraído por comérselo todo. También es fundamental que elijas recetas de cocina con tu hijo. Crear buenos hábitos a la hora de comer es la mejor forma de prevenir la obesidad, problemas como la anemia infantil, u otras enfermedades. A la hora de dar de comer a tu hijo piensa en ello y ya verás qué ánimo te va a entrar… Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com

Como hacer que un Niño Coma

¿Cómo puedo motivar a mi hijo a que coma bien?

Mantén la calma y ofrécele a tu hijo alimentos nutritivos, pero deja que él decida cuánto va a comer. Puedes estar segura de que sabe mejor que tú cuánta comida es suficiente para él. Como regla general las porciones no deben exceder el tamaño de su puño cerrado.

Mantén un horario regular para las comidas y las meriendas, teniendo en cuenta las siestas de tu hijo. Ofrece tres comidas regulares y dos o tres pequeñas meriendas nutritivas. Los siguientes son ejemplos de refrigerios nutritivos:

• fruta
• tomatitos miniatura y cubitos de queso
• yogur con bayas o rebanadas de fruta
• un sándwich pequeño
• palitos de vegetales o pan con humus
• batido de frutas y leche
• torta, bollo o pan con una taza de leche
• frutos secos

Evita darle a tu niño una comida principal justo antes de la siesta, ya que es probable que esté demasiado cansado para comer. En su lugar, dale una pequeña merienda o algo de tomar y una comida cuando se despierte. Las meriendas que se dan equitativamente entre las comidas, ayudan a evitar las pataletas por tener demasiada hambre. Evita darle dulces o productos envasados como las papas fritas o masitas. Alguna fruta seca o galletitas de agua son un buen ejemplo.

Haz las comidas interesantes y divertidas. Los postres nutritivos son una parte valiosa de la comida; siempre incluye uno y nunca lo uses como una recompensa por comerse el plato principal. Ejemplos de postres nutritivos incluyen ensalada de frutas con yogur, arroz con leche y fruta cocida o una magdalena o un panqueque con algunos trocitos de fruta.

Come con tu niño tan a menudo como sea posible, y sirve alimentos nutritivos que también quieres que él coma. Los niños aprenden el gusto por los alimentos probándolos, pero a menudo sólo probarán nuevos alimentos si ven a otras personas comerlos. Recuerda que eres su modelo a seguir y anímalo haciendo comentarios positivos acerca de los alimentos durante las comidas, tales como, "Mmm, esto está delicioso", "Mmm, las zanahorias son mis vegetales favoritos".

Los niños a esta edad tienen ya sus propios gustos respecto al sabor y la textura de los alimentos. A algunos les gusta su comida bañada en salsa, mientras que otros la prefieren seca. Hay niños a quienes les gusta que cada alimento esté separado de los demás en el plato. A muchos niños no les gusta la carne fibrosa o alimentos que sean difíciles de masticar. Respeta las preferencias de tu hijo pero no le prepares una comida completamente diferente a la del resto de la familia. Cada vez que puedas, ofrécele los mismos alimentos que los demás estén comiendo, pero asegúrate de que al menos uno de los alimentos sea algo que le gusta. Con el tiempo, los gustos cambian, así que es importante seguir ofreciéndole a tu niño todo lo que la familia coma.

¿Qué alimentos debo ofrecerle a mi pequeño?

Cada día, ofrece una variedad de alimentos de los cuatro grupos de alimentos nutritivos:

1. Alimentos que contienen granos o harinas (hidratos de carbono)
Ofrece estos con cada comida y con algunas meriendas. Incluyen cereales de desayuno enteros y sin azúcar agregada, pasta, arroz, cuscús, papas, batatas (boniatos), plátano y cualquier alimento hecho con harina, preferiblemente integral, como pan, galletas, bollos y tortitas.

2. Frutas y vegetales
A los niños les pueden llevar algún tiempo aprender a comer una amplia variedad, especialmente de vegetales. Sigue ofreciéndoselos en cada comida para que tu niño aprenda que siempre son parte de una comida normal. Las frutas son a menudo más populares. Córtalas en trozos para que sean más fáciles de comer y siempre incluye frutas como parte del postre o como único postre.

3. Alimentos con alto contenido de hierro y proteínas
Ofrece estos en una o dos comidas cada día. Incluyen carne, pescado, huevos, nueces y legumbres. Las legumbres son alimentos como frijoles, garbanzos, humus o lentejas. Ofrece trozos suaves y tiernos de carne ya que algunos niños tienen dificultad para masticar carnes duras. Elige embutidos de buena calidad, albóndigas y hamburguesas que tengan un alto contenido de carne magra y un bajo contenido en sodio. Estos alimentos son populares y nutritivos para los niños pequeños.

Si tu familia es vegetariana, es recomendable consultar con el pediatra o con una nutricionista sobre la dieta de tu pequeño. Como está desarrollándose, es importante que su alimentación incluya todos los nutrientes necesarios para su crecimiento. Si no come carne, posiblemente el doctor recomendará que coma

4. Leche, queso y yogur
Ofrece a tu niño estos alimentos al menos tres veces al día. Los productos lácteos proporcionan mucho calcio para los huesos en crecimiento, pero son extremadamente bajos en hierro. Los niños en edad preescolar necesitan menos leche que los bebés y no se les debe dar grandes biberones de leche; ofrece dos a tres vasos diarios, pero no excedas un litro de leche al día. Las grandes bebidas de leche reducirán el apetito de tu niño por otros alimentos, especialmente los más altos en hierro, y proporcionaran calorías innecesarias.

Los niños de dos años pueden seguir tomando leche entera, pero pueden cambiar a leche semidescremada si esto es más conveniente para la familia. La leche semidescremada tiene cantidades similares de proteínas y calcio, pero es más baja en vitamina A que la leche entera. La leche descremada no debe administrarse a niños menores de cuatro años de edad. Ocasionalmente el pediatra puede recomendarla a los dos años si hay historia familiar de enfermedades cardiacas.

Podrías considerar usar una leche fortificada con vitaminas y hierro. Muchos niños en edad preescolar que son difíciles para comer no ingieren suficiente hierro y pueden presentar anemia por deficiencia de hierro.

¿Qué debe tomar mi hijo a esta edad?

Ofrécele de seis a ocho bebidas pequeñas durante el día, una con cada comida y una con cada merienda. Tu niño puede necesitar más líquidos cuando hace mucho calor o si está especialmente activo, ya que puede deshidratarse rápidamente.

Si todavía usa un biberón trata de eliminarlo y darle todas las bebidas, incluyendo la leche, en tazas y vasos. Tomar bebidas de un biberón, hace más lento el proceso de beber y prolonga la exposición a los azúcares dañinos. Esto aumenta el riesgo de caries y erosión del esmalte dental. Si no consigues quitarle el biberón durante un tiempo, asegúrate que después del biberón bebe agua para prevenir el daño dental.

La leche y el agua son las bebidas más seguras para dar entre comidas. Restringe los jugos de frutas a la hora de la comida, ya que el ácido en los jugos puede dañar los dientes cuando se bebe entre comidas o varias veces al día.

Las bebidas dulces y ácidas, como los "ponches de frutas", también causan caries si se beben con frecuencia entre las comidas y contribuyen al sobrepeso y la obesidad. Si los ofreces, dilúyelos con agua y dáselos a tu hijo sólo con poca frecuencia y únicamente a la hora de comer En realidad, es mucho mejor limitarlos al máximo, especialmente los que vienen ya preparados comercialmente.

Las bebidas deportivas no se deben dar a los niños pues tienen un alto contenido de azúcar y minerales destinados sólo para atletas muy activos.

¿Qué alimentos debo limitar?

Los alimentos altos en grasa y azúcar dan a los niños en edad preescolar un poco de energía extra, que necesitan para su crecimiento. Estos incluyen alimentos como mantequilla, margarina, aceite, pasteles, galletas y helados. Inclúyelos sólo en pequeñas cantidades. Puedes ofrecerle a tu hijo ocasionalmente como postre pastel o galletas y fruta. Si tu hijo está inactivo, por ejemplo, si pasa mucho tiempo sentado viendo la televisión, sólo debes ofrecer estos alimentos en cantidades muy limitadas. De lo contrario, puede desarrollar sobrepeso.

Para prevenir la obesidad, se recomienda también que los niños estén físicamente activos por lo menos una hora diaria y se debe limitar la televisión o las actividades sedentarias a no más de dos horas diarias.

Dulces y chocolates y otros alimentos azucarados se pueden incluir como un placer ocasional entre comidas, pero pueden dañar los dientes de tu niño si los come con frecuencia. También pueden reducir el apetito de tu hijo por los alimentos saludables además de ser grandes contribuyentes a la epidemia de obesidad que nos afecta.

Alimentos salados La dieta típica en Estados Unidos, y en gran parte del mundo occidental, suele tener un exceso de sal o sodio. La mayoría proviene de los alimentos procesados. El exceso de sodio puede producir problemas de salud, como hipertensión entre otros, por tanto el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos aconseja limitar la ingestión de sodio en los adultos a no más de 1 cucharadita de sal al día. En el caso de los niños, el consumo de sal en los alimentos cocinados estará marcado por el paladar de la familia, aunque es recomendable usarla con mesura. Es difícil calcular cuánto sodio contienen los alimentos, ya que algunos alimentos naturales contienen sal, pero estos consejos te ayudarán a evitar el exceso de sal:

• Mantén las papas fritas y otras meriendas saladas como un alimento ocasional; no se los ofrezcas a tu hijo más de una vez por semana

• No agregues sal a la comida en la mesa

• Usa hierbas y especias en lugar de un exceso de sal para dar sabor a los alimentos que preparas

• Mantén los alimentos procesados al mínimo y cuando puedas elegir, utiliza la variedad baja en sal

El pescado graso, como la sardina, la caballa, el salmón, el atún fresco, la trucha y la anguila, son una buena fuente de grasas omega 3 y también de vitaminas A y D. Ofrécelos una o dos veces a la semana. Como algunos pueden contener rastros de toxinas, especialmente mercurio, que pueden acumularse en el cuerpo, es preferible limitar la frecuencia con que tu niño come pescado graso. Existe un posible riesgo de que los altos niveles de estas toxinas puedan causar problemas de salud y del desarrollo. Por este motivo, dos veces a la semana es el límite recomendado.

Nueces Los niños cuyos familiares sufren de fiebre del heno, asma, eczema o alergias a alimentos, no deben consumir cacahuates o mantequilla de cacahuates antes de los tres años de edad. Otros frutos secos, como las nueces, las almendras o las avellanas, están bien mientras se piquen o muelan finamente o como una mantequilla de nuez.

Los aditivos y edulcorantes que se utilizan en los alimentos han sido probados para la seguridad del consumidor adulto. Sin embargo, se deben evitar grandes cantidades de edulcorantes, que a menudo se encuentran en las bebidas. Diluye las bebidas que contienen edulcorantes con abundante agua y si se pueden evitar es mejor ya que no hay evidencia a largo plazo de que no tienen consecuencias en los niños.

Alimentos ricos en fibra Si todos los alimentos que sirves en una comida son integrales, tu hijo puede sentirse muy lleno antes de haber comido lo suficiente. Ofrece una mezcla de cereales y panes integrales y blancos, y poco a poco aumenta la cantidad de cereales integrales a medida que tu hijo se acerque a los cinco años de edad.

¿Qué alimentos debe evitar por completo mi niño?

• Los huevos crudos o parcialmente cocidos y los mariscos pueden causar intoxicación alimenticia en los niños pequeños. Si se los ofreces, asegúrate de que estén bien cocidos. Los mariscos no se deben consumir más que una vez por semana.

• Los peces grandes que viven por muchos años, como el tiburón, pez espada y pez aguja, pueden contener altos niveles de mercurio y no se les deben dar a los niños.

• Las nueces enteras pueden provocar asfixia, así que no deben darse a niños menores de cinco años.

• El té y el café se deben evitar, ya que reducen la absorción del hierro de los alimentos y su contenido de cafeína estimula mucho a los niños. Las colas o gaseosas dietéticas suelen tener alto contenido de cafeína y además pueden dañar los dientes, por lo que también se deben evitar.

¿Los niños pequeños necesitan suplementos vitamínicos?

El gobierno recomienda dar suplementos que contengan vitaminas A y D a los niños menores de cinco años para prevenir el raquitismo, una enfermedad de los huesos, y así asegurar su crecimiento y desarrollo normal. Esto es especialmente importante para los niños quisquillosos al comer y los de origen asiático, africano o medio oriental.